viernes, septiembre 19

Sueños NO rotos

Cuándo queremos hablar sobre lo que hicimos en nuestras vidas y como lo hicimos, muchas veces lo hacemos valorando demasiado nuestras historias. Pienso que se desea que a la persona que nos oirá, le guste muchísimo como si fuera una película. Se os gustan las historias de vuestras vidas, no pasa nada porque me gusta mi historia también. Solo os pido que seáis más humildes. Creo que se contásemos a alguien sobre nuestras vidas y que se lo hiciésemos con franqueza, seríamos oídos sin grandes problemas. ¡Es tu vida! Valorízala.

Vendo el inventario de recuerdos de la historia más bonita que en la vida escuché
Vendo el guión de la película más triste y la más bella que en la vida pude ver

(Fragmento de Dulce Locura, canción escrita por Amaia Montero y Xabi San Martín [La Oreja de Van Gogh])

¿Cuánto valdrían el inventario de recuerdos y el guión de la película de vuestras vidas?

Bueno, ahora os cuento sobre la mía.

-------------------------

Veintiuno años. La misma casa. Sin grandes viajes. Sin muchos problemas. Fin.

No, esta no es la historia de mi vida. Dónde está mi memoria, ¿verdad?

Nacido y criado en Belo Horizonte, nunca tuve grandes problemas en mi niñez. Nunca fue un niño travieso o desobediente. Siempre supe respetar las personas, mismo aquellas que no lo merecían. No niego que era un poquito torpe (dejemos así, ¿vale?). A pesar de eso, era receloso con todos. Siempre pensaba que querían bromearme. Lo peor sobre eso es que casi siempre tenía razón. “Son aguas pasadas”.

Uno de mis recuerdos más importantes de mi niñez son los viajes que hacía hasta la casa de mis abuelos en el interior. La gran reunión en familia: Todos juntos jugando a baraja en el balcón, comiendo las galletas hechas por mi abuela, hablando sobre las cosas que los más viejos hacían cuando eran jóvenes...

Cuándo volvía a mi casa, las clases ya estaban aproximándose y yo tendría que recuperarme en uno o dos días. Veía mis amigos otra vez. Jugábamos nuestros juegos favoritos: el escondite, el balonvolea, el fútbol... Siempre estábamos haciendo lo que nos gustaba. Tuvimos aquellos momentos que no nos eran muy graciosos como cuándo una vecina reñía porque estábamos jugando al fútbol delante su casa. ¡Lo sé!... no debíamos jugar cerca de su entrada. ¡Sin embargo, la preciosa* señora decía a nuestros padres que estábamos matando a su perro o peor! (*Leed: chismosa)
.
¡No estoy quejándome! Vivía con tranquilidad en mi calle, conocía a todos mis vecinos, sabía donde todos vivían y lo que les gustaban hacer. Vivo en la misma dirección desde hace cuándo puedo recordarme. Puedo deciros que vi muchos cambios ocurrieren en mi barrio. ¡Ya soy experimentado allá!

Bueno, en aquel entonces podría deciros que era muy feliz. Aunque hoy ya no conozca todos a mí alrededor, me alegra que aún me guste mucho recordarme de mi pasado y vivir mi presente en mi vecindad.
----------------------------------
(¿Con cuántos cuentos cuento un cuento? – parte II) Continuará

1 comentario:

M.Giorni dijo...

hey, i think you're really creative!
your texts are great! and i understand almost everything! *pride*